jueves, 13 de agosto de 2009

Llora tu guitarra (mini fic)

Capítulo 1: Dime que no es verdad


Recuerdo aquél fatídico día como si fuera ayer mismo… y de eso ya hace casi 6 años.

Aquella mañana de invierno comenzaste a sentirte mal, pero decidimos no darle más importancia que la que solíamos darle a una simple resaca tras una noche de fiesta.

Cuán equivocados estábamos.

No hay día en el que no me culpe por no haberte prestado la suficiente atención, por no haber insistido en que fueras al médico, a que no te limitaras a las revisiones anuales que nos imponía la discográfica.

Tal vez, si te hubiese insistido, ahora estarías aquí… a mi lado…


“Te preocupas demasiado, Billy” me repetías una y otra vez. Y ahora tan sólo clamo por volver a escuchar esas palabras salir de tu boca.



Otra vez me encuentro aquí, esperando a que vuelvas a mi lado, a que retornes con tu sonrisa perpetua por alguna chiquillada que piensas tramar.

Pero tan sólo puedo recordar aquellos días en los que te ibas consumiendo…


15 de Enero de 2019


- Llevas unos días muy chungo, Tom. Te veo raro. – se empezó dar cuenta del comienzo de tu marchitamiento nuestro buen amigo Gustav.
- No exageres tío, tan sólo es que son demasiadas juergas seguidas. – intentaste disculparte.
- ¡Es que ya estamos viejos! – se empezó a reír de la situación nuestro fiel Georg.

Pero yo sabía que algo te pasaba, que nunca antes te había afectado tanto el beber de más en una fiesta…

- Tom, ¿me acompañas mañana? – intenté engañarte para que acudieras a un especialista.
- Si hay tías buenas, tenlo por seguro. – al menos en la clínica te podrías recrear la vista con las enfermeras.
- Seguro que hay más de una – intenté reírme para que siguieras sin sospechar nada.


Deseaba con toda mi alma el equivocarme, el que mi corazón no tuviera razón con respecto a lo que sentía cada vez que te notaba alicaído y triste.

Tus ánimos se fueron apagando poco a poco, y ya ni siquiera la música te llenaba como antes.

Y, desgraciadamente, llegó el día en el que te prometí que si tú me faltabas yo nunca volvería a ser el de antes…

20 Enero de 2019

Acudimos por tercera vez en pocos días al especialista, ya que nos había reclamado inmediatamente.

- Bill – me llamaste la atención, a pesar de que yo no te quitaba ojos.
- Seguro que nos han llamado porque le has gustado a la enfermera – intenté quitarle peso a la situación, aunque ambos sabíamos que las noticias deberían de ser poco adecuadas para recibirlas por medio de una tercera persona.
- Tengo miedo, Bill. – me confesaste lo que ambos sabíamos.
- Seguro que no es nada – intenté mentirme a mí también.
- Gustav lleva razón, ya no soy el mismo que antes, y no es que esté viejo… ¡A PENAS TENGO 30 AÑOS!
- Tom – intenté tranquilizarte – te juro que si algo llegara a ocurrirte, yo dejaría de cantar.
- ¿Harías eso por mí? – noté como por un instante se te iluminó la mirada al comprender lo que estaba dispuesto a sacrificar por ti.
- Sí. – te confirmé rotundamente. – Te juro que si, por alguna extraña trama del destino, dejamos de estar juntos, yo no volveré a cantar jamás.
- Estás loco, Bill. – me sonreíste – Por eso mismo te obligaré a que cumplas tu promesa. – me dijiste a la par que me abrazabas antes de conocer tu destino.

Por un instante llegué a pensar que sacrificando lo que más me llenaba en esta vida, Dios podría llegar a concederme el deseo de mantenerte a mi lado.



Pero 6 años después me sigues faltando… y yo continúo con mi lucha por no volver a cantar… por mantener el juramento que te hice aquél día.

A pesar de tanto esfuerzo, me es imposible mantenerme firme… no puedo seguir viviendo sin transmitir lo que siento.

Incluso se lo he comentado a los chicos después de que el grupo se deshiciera tras tu pérdida.

“Una promesa de debe mantener, Bill, por mucho que te cueste” no paran de repetirme.

Pero sé que tú me comprenderás.

Sé que tú serás capaz de entender por qué estoy dispuesto a hacer esto, a volverme a exponer ante los medios de comunicación, a volver a ser un personaje público.

- Ya no aguanto más, Tom. Perdóname.

Intento ser fuerte por lo que un día fuimos.

- Dime que no es verdad – no parabas de implorarme tras haber escuchado el diagnóstico fatídico. Aquél día llorabas sobre mi hombro como cuando éramos pequeños…
- Lo siento señor Kaulitz. – el doctor no tenía otras palabras con las que consolarte, ni siquiera una terapia alternativa.
- Si pudiera cambiarme por ti… - ahora era yo el que te lloraba.
- ¡ESO JAMÁS! - te enfadaste - Tú debes cumplir tu promesa – me secaste las lágrimas. – Por algo yo soy el hermano mayor – me sonreíste con el dolor de tu alma floreciendo en tu mirada.
- Te lo juro, hermano.

Me marcho dejándote atrás, sabiendo que a mi regreso tú seguirás ahí…
Recordando a cada paso aquellas palabras que te dediqué aquél primer día de la cuenta atrás.

El cruel destino quiso que te fueras de mi lado… pero yo mantendré viva tu esencia en mi voz… en cada canción…



A pesar de saber que te he traicionado.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...